jueves, 26 de enero de 2012

La crisis del concepto geriátrico: apuntes de comunicación

Reunión con amigos. Me consultan por qué el mercado de los llamados geriátricos es un negocio triste. Me sorprendió la reflexión. No por que se tratara de una percepción descabellada, sino por la simpleza conceptual con la que se define una actividad. Trate de hacer mía esas palabras y tratar de encontrar una respuesta. Quizás para quedarme más tranquilo con mi conciencia puesto que como experto en temas de comunicación y gerontología, no podía dejar la situación inconclusa. Soy un convencido de que las organizaciones deben gestionar como un activo más su reputación e imagen corporativa. La gran batalla que deben dar todas las empresas que pretendan instalarse y sobrevivir en los negocios es conquistar un lugar en la mente de sus públicos, tanto interno como externo. Para esto hay que invertir tiempo, creatividad y esfuerzo. No se trata de cuanto dinero destinemos, sino de lograr convencernos de que es importante hacerlo puesto que posee un retorno de lo invertido de manera concreta. Los territorios a conquistar en esta pretendida batalla serán tanto el de lo racional pero por sobretodo el campo emocional (en sentido amplio, claro está).

Los hoy mal llamados geriátricos -puesto que la geriátrica remite al concepto médico de la salud y por lo tanto considera a la vejez como una enfermedad (si, así como suena) es una licencia conceptual, propia de otras circunstancias, que se ha instalado con el correr del tiempo. Esta aclaración es válida puesto que estas organizaciones deben y merecen modificar su imagen corporativa sosteniendo sus atributos diferenciadores: asistencia médica pero también psico-social a la vejez, estimulación, recreación e integración social del adulto mayor a su entorno (lo que los gerontólogos españoles definen como la atención centrada en la persona). En definitiva: un nuevo concepto de calidad de vida para un nuevo contexto. Basta con destacar que si nuestra expectativa de vida avanza, ¿por qué no ha de avanzar y mutar el concepto e imagen de las organizaciones que se dedican al cuidado de los mayores?

Puede parecer hoy un sector triste, pero solo lo será si aquellos que tienen a su cargo la dirección de los centros de mayores (me resisto a decirles geriátricos) abandonan este nuevo enfoque mas amplio que puede potenciar y revitalizar la mirada con la que vemos y percibimos a estas organizaciones, los actuales y futuros usuarios.

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